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              Castilla y León, 
              la Semana Santa cada primavera llena las calles de vecinos y visitantes, 
              deseosos de sentir en vivo, esta experiencia única diferente 
              en cada localidad, exclusiva y genial en cada paso.Es un acontecimiento socio-religioso y artístico de suma 
              importancia. Representa el punto de encuentro y conjunción 
              de las más profundas raíces religiosas, con la solemnidad 
              del ritual procesional representado por las cofradías y por 
              el inigualable valor artístico de las tallas.
 Salamanca, 
              ciudad Patrimonio de la Humanidad, celebra la Semana Santa con el 
              rigor que manda la tradición y que ha propiciado que se declarase 
              Fiesta de Interés Turístico Nacional.El casco antiguo de la ciudad acoge en esos días las quince 
              hermandades y los correspondientes pasos de tallas del siglo XV. 
              La Semana Santa en Salamanca es iluminada por el exquisito entorno 
              histórico-monumental de las dos catedrales, la Clerecía, 
              la fachada plateresca de la Universidad, el barroco de la Plaza 
              Mayor, el Convento de San Esteban o el milenario puente romano.
 Actos destacables en Semana Santa de esta emblemática ciudad 
              son la misa mozárabe, el Santo Entierro o el rito del Descendimiento, 
              entre otros.
 Una antigua costumbre es la celebración de los Oficios en 
              la capilla de la vieja Universidad, junto a las cenizas de Fray 
              Luis.
 Como una faceta más dentro de la cultura católica 
              salmantina, la religión marcó unas pautas alimenticias 
              y gastronómicas que han ido variando a través de los 
              siglos.
 El recetario salmantino cuaresmal incluye huevos de cuaresma, judías 
              blancas o pintas con arroz, patatas con arroz y bacalao, potaje 
              de vigilia, lentejas viudas y torrijas.
  En la provincia, Alba 
              de Tormes, lugar de encanto singular, cuenta con una privilegiada 
              situación geográfica, a tan sólo 19 kilómetros 
              de la capital charra.Entre sus fiestas merece especial mención la Semana Santa, 
              que es vivida con gran intensidad.
 Los actos y celebraciones semanasanteras, llenan la Villa Ducal 
              de gentes que acuden unos motivados por la fe, para rememorar la 
              pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; otros, 
              por el compromiso de mantener viva una tradición que heredaron 
              de sus mayores; otros, porque no existe una manifestación 
              cultural que ponga en la calle un patrimonio de tan excelente calidad.
 Gastronomía típica de este periodo de vivencia espiritual 
              son los pestiños y angelitas en cuaresma, el exquisito potaje 
              (los viernes de cuaresma, viernes santo y el miércoles de 
              ceniza), alubias con chorizo son degustadas el jueves santo, y el 
              domingo de ramos los limones.
 
 
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