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La villa ducal cerró las celebraciones festivas de la Transverberación de Santa Teresa con una jornada en la que los principales actos festivos fueron el último de los encierros del ciclo de agosto y la posterior capea. La música de una charanga puso la animación de calle a los momentos previos al espectáculo taurino.
Las vaquillas iniciaron su camino hacia la Plaza de toros pasadas las seis y media de la tarde e n un recorrido limpio y muy rápido Después llegó el turno de que los mozos demostrasen su habilidad con cortes, quiebros y algunos saltos espectaculares sobre el lomo de las vaquillas. El coso taurino se llenó una vez más, como ha ocurrido en cada una de las citas que se han desarrollado durante las fiestas de la Transverberación demostrando el interés de los aficionados por estos festejos.
Por la noche la animación festiva continuó con una actuación musical en tanto que, el tradicional toro de fuego con buscapiés salió para desafiar a los más valientes bien pasada la medianoche para dar paso después a la nueva sesión musical que fue el broche final de las fiestas.
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