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El sol junto a un intenso frío acompañó ayer a los albenses que se acercaron hasta la iglesia de San Pedro para participar en la tradicional fiesta de San Antón. Una celebración que contó con misa y la posterior bendición de los animales, la mayoría de ellos perros, que esperaron pacientemente con sus dueños a las puertas del templo.
El párroco de la localidad procedió a la bendición de los presentes y sus mascotas. Perros y gatos, muchos de ellos en manos de los más pequeños de la villa que no quisieron dejar a sus mascotas sin la protección del santo. Tras la bendición, una tradición más, la de dar a los animales o directamente disfrutar de los ricos ‘bodigos de San Antón’, unos panes dulces típicos de la villa ducal que se preparan en los obradores del municipio en estos días.
Algunos de los animales que estuvieron en la bendición pudieron disfrutar de un de estos ricos bollos que también fueron bendecidos por el párroco del municipio. El resto, seguro que dieron buena cuenta de ellos los albenses y los visitantes que ayer se acercaron a este municipio ya que estos bollos solo se disfrutan una vez al año.
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