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Un joven de 23 años, cuya identidad responde a las iniciales M.V.F., apareció muerto ayer en una cuadrícula minera de, aproximadamente, tres metros de profundidad ubicada en la carretera CL-510, concretamente a la altura del kilómetro 24, en el término municipal de Anaya de Alba. La Guardia Civil avisó al 112 a las 12.32 horas de la mañana de ayer del hallazgo del cadáver por lo que desplazó una ambulancia de soporte vital básico del Sacyl y un equipo médico de Anaya de Alba que solo pudo certificar la muerte del joven, según informaron fuentes del Servicio de Emergencias del 112. El joven, que vivía en El Barco de Ávila, llevaba desaparecido desde el domingo, según informaron fuentes cercanas a la investigación a LA GACETA.
El turismo circulaba dirección Alba de Tormes cuando se salió de la vía por el margen izquierdo y, posteriormente, chocó contra el cierre de una finca, despeñándose en una excavación inundada.
Posteriormente, el vehículo volcó y quedó apoyado sobre el techo con las ruedas hacia arriba, por lo que solo podía observarse desde la superficie los neumáticos del coche, concretamente un Nissan Almera Tino , conducido por el joven de 23 años de edad, según informaron ayer fuentes de la Guardia Civil de Tráfico.
ESCENAS DE DOLOR EN EL LUGAR DE LOS HECHOS. Amigos y familiares de la víctima se desplazaron al lugar en el que se localizó el cuerpo sin vida del joven, M.V.F. que no pudieron reprimir las lágrimas. Una de las personas en el lugar tuvo que ser atendida por los médicos desplazados al desmayarse.
Según fuentes cercanas a la investigación de los hechos, el vehículo llevaba varios días en el lugar por lo que el accidente se pudo producir en días anteriores.
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