Los de Troya, del Palmar, el autodenominado Papa Clemente y su séquito, compuesto por ocho obispos y sacerdotes, llegáronse ayer a Alba de Tormes, sepulcro de Santa Teresa y armaron la de Troya. Pusieron al pueblo en pie de guerra, en las calles, armados con palos, hierros, bastones y cualquier objeto contundente que a su alcance tuvieran. Vinieron por lana y salieron trasquilados; vinieron posiblemente a buscar publicidad y la han tenido, con riesgo de su propia vida, con riesgo de resultar linchados, pues el pueblo de Alba de Tormes, en masa, estaba dispuesto a ello y así hubiera sido de no ser por la templanza y actuación de los pocos efectivos de la Guardia Civil.